Siendo muy pequeña, un día domingo, veía un documental en la
televisión que trataba acerca de las teorías que explicaban la incredulidad que
habría de parte de muchos científicos y astrónomos sobre el primer alunizaje
del hombre en la luna, más conocido como misión Apolo 11. Fue en ese momento
que algo nuevo se prendió en mí y comencé a estudiar sobre el tema, así, crecía
más en mí la convicción de que ese viaje jamás se había realizado ya que por
ejemplo, la huella de Aldrin en aquellas fotografías, era demasiado clara para
un terreno tan seco, considerando que no hay humedad; no hay estrellas, ni
fotógrafos reflejados en los cascos, la bandera flamea, etc. Así es como me fui
incentivando hasta llegar a ser una apasionada científica de la astronomía y en
especial, apasionada por la
Luna.
Fue con la posterioridad de
los años que me transformé en una científica de la Agencia Espacial Europea
(ESA), que en aquella época
tenía en miras un proyecto para enviar misiones tripuladas a la Luna dentro del Programa Aurora, en el cuál estaba involucrada junto a dos científicas más, el cuál
resultó con éxito.
Momento en que llegamos a la Luna.
Desde el momento anterior a
nuestro viaje, tras estudiar datos de la Luna que nos permitirían una misión
exitosa, supe que esta no sería fácil. A pesar de ser la Luna un satélite mucho
más pequeño que nuestra Tierra (teniendo un área de
superficie de 38.000.000 km2 y diámetro de 3.476 km2), es un cuerpo celeste que no cuenta con Atmósfera y sus
temperaturas son muy extremas, peligrosas e imposibles para la vida humana,
siendo la mínima de -233°C y su máxima de 396°C. Pero eso tampoco nos detuvo, logramos crear una nave adecuada
para soportar cualquier temperatura y atmósfera, la cual se construyó envuelta
mayoritariamente por aleación de acero y también capas de acero inoxidable. En
su interior contaba con láminas de aleación de aluminio para así ayudar con el
exceso de peso de la nave, además de un sensor de aterrizaje para no estrellar
y antenas adheridas para mantener el contacto con la tierra al momento de
aterrizar. Desde que supimos que las tres tripulantes seríamos
mujeres, diseñamos un traje que contara con cierta estética
adecuada, siendo nuestro casco compuesto por policarbonato, para evitar el
reflejo del sol, un sistema de soporte vital que nos permitió tener oxígeno por
un máximo de 7 días y cámaras que nos permitieron el registro de cada momento.
Nuestro traje se compuso por fibras de vidrio reforzada con espacios para poder
movilizar los brazos y piernas.
Para llegar, viajamos a una velocidad de 3.700 km/h, acelerando
hasta a 9.000 km/h debido a la gravedad lunar, considerando que la distancia
desde la Tierra, es de 238.855 millas. Al llegar, nos percatamos de su
encantador color gris-blanquicio, allí tomamos las muestras necesarias y nos
deleitamos con su maravillosa vista, estando 7 horas con 8 minutos, por nuestra
propia seguridad. Ahora con gusto podemos decir, que las primeras personas en
llegar a la Luna, SOMOS MUJERES!!
Imágen tomada a la Tierra desde la Luna.
Curiosidades sobre la
luna
- La distancia entre
la luna y la tierra es de 238.855 millas.
- Peso en la luna: si
pesas 10 kilos en la tierra equivalen a 1.6 kilos en la luna.
- La influencia
gravitatoria de la luna produce las mareas oceánicas y la prolongación de la
jornada.
- El agua líquida no
puede persistir en la superficie lunar, con la radiación solar el agua se
descompone rápidamente y se pierde en el espacio.
- Sin el traje
espacial en la luna la sangre hierve instantáneamente.
- En la luna no hay
viento ni sonido.
- Cada año la luna se
aleja 3.8 cm de la tierra.



LA LUNA:
ResponderEliminarFrancisca Varas
Camila Miranda
Melisa Oliveros.
f.varasmella@gmail.com mail de contacto
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