martes, 20 de mayo de 2014

Viaje al Sol

Integrantes:

  • Carolina Guerrero Cabrera
  • Guillermo Tejeda Cristi
  • Lorena Caridi
  • Camilo Jara Samson.


El astro rey, una nueva fuente de energía para la Tierra

El motivo de la expedición al sol es la recolección de energía, ya que por motivos de escasez de energía que se está produciendo en el planeta, hemos de recurrir al astro rey.
La misión consistiría en cargar la nave con paneles solares especiales que pudieran almacenar suficiente energía en sus baterías como para poder abastecer una ciudad completa, si el experimento resultaba bien, entonces habríamos encontrado la solución definitiva para nuestro, la demanda de energía en la tierra que ya se había vuelto insostenible tras agotar los combustibles fósiles y el temor a la energía atómica y su seguridad.

En principio el viaje se vio como imposible, dado las temperaturas altísimas que posee el sol, pero gracias al descubrimiento que data de hace un par de años de un metal ultra resistente e indestructible el cual fue llamado “adamantium” se dio la posibilidad de poder viajar al sol.






Trozo de Adamantium extraído de una mina en Etiopía 







El viaje tendría una duración de 218 días y solo unas pocas personas serían capaces de llegar al sol, dado las intensivas pruebas requeridas para este. El viaje al sol constaría de una primera etapa, donde los tripulantes serian sometidos a un estado de criogenización temporal mientras que serían alimentados con una unidad intravenosa, esto dada la distancia de  149.600.000 kilómetros que nos separaba de la tierra al sol,  y para mitigar los efectos del cuerpo que son producidos por la carencia de gravedad, tanto en la estructura ósea como la debilitación de los músculos que en la tierra si se ejercitan y son sometidos al peso del mismo cuerpo.



Etapa de criogenia de los tripulantes de la nave.





















Para llegar a nuestro destino, se requeriría en principio de un “Air Bus  a380”, el cual sería el único avión capaz de soportar el peso de nuestra nave, y una vez desde 8.000 metros de altura, nos liberaría para emprender rumbo. La nave se abastecería de tres reactores nucleares, los cuales son el único sustento capaz de soportar dicha travesía y al mismo tiempo otorgar la energía suficiente para impulsar nuestra pesada nave de andamatium.

 
AirBus A380 en despegue.



Una segunda etapa, donde los tripulantes ya se encontrarían cercano al sol tomarían la posición de orbita adecuada del sol y  procederían a la instalación de las maquinarias necesarias para la absorción de energía y lo necesario para el transporte de estas al regreso de la tierra.

En principio, el calor emitido por el sol fue siempre un impedimento  para el cuerpo dado que este solo resiste una máxima de 43 grados antes de que comiencen a calcinarse la células cerebrales y el cuerpo reciba quemaduras de la piel, tampoco resultaba  realista la posibilidad de crear robots encargados de está recolección por el simple motivo de que el calor que emana supera con creces la temperatura necesaria para derretir todos los metales que conocía el hombre. Luego de la aparición del adamantium se pensó en la posibilidad de mandar robots para así asegurar un éxito y no poner en un peligro a los tripulantes, pero dado la importancia y la urgencia de la necesidad de energía, se tuvo que recurrir a la creación de trajes espaciales capaces de garantizar la supervivencia del ser humano en el sol. 

Traje espacial construido a base de adamantium





Tomó mucho tiempo poder realizar estos trajes, dado que estos debían ser perfectos, permitiendo no solo la movilidad en el espacio de los astronautas, sino que éstos debían estar perfectamente sellados, ya que una sola apertura calcinaría al humano dentro del traje. A pesar de todos los problemas, científicos de todo el mundo lograron la realización de trajes y naves capaces de resistir la temperatura.
La estadía en sol seria de 240 horas terrestres, tiempo necesario y suficiente para obtener la energía suficiente para iniciar el periodo experimental de prueba en la tierra en una ciudad intermedia.

Preparado ya el tiempo de adaptación previa, y las capacitaciones a nuestros tripulantes se procedió a dar inicio a la expedición. Sucedió todo como debía ocurrir, logramos despegar en el AirBus A380 y dimos lanzamiento a la nave, el viaje se emprendió sin problemas y se llegó sin problemas.

 Desde la nave posicionada en órbita al sol se podía ver que a diferencia de como se ve desde la tierra, el sol deja de tener esa apariencia amarilla, sino que pasa más bien a tomar un color rojo intenso con manchas amarillas, y de vez en cuando se podían ver unas "lenguas de fuego", las cuales más de una vez estuvieron cerca de tocar a la nave.

"Lengua de fuego" en  acción.

















Sin embargo al mirar del otro lado de la escotilla, la que no daba hacia el sol, resulta impresionante ver como se ilumina la oscuridad con el haz de luz que dejaba la misma estrella roja, iluminando incluso lo suficiente para ver desde lejos la tierra y de vez en cuando según su posición a la misma luna.

Fotografía de la tierra y la luna capturada desde la nave.



















Los trajes y la nave funcionaron perfectamente pero la inexperiencia de una de las tripulantes  (por la urgencia del viaje) hizo que se soltara del cable de adamantium que la sostenía a la nave, cayendo directamente al núcleo del sol y desconociendo su destino y por lo tanto dándose por fallecida.

Encontrándose la misión parcialmente afectada por el integrante del equipo, y con las baterías de los paneles plenamente cargadas y listas para iniciar su estudio, nos vimos en necesidad de emprender el largo regreso a la tierra, el cual se llevó a cabo bajo las mismas medidas de la experiencia de ida.
El regreso a la superficie terrestre tampoco cabe dentro de la normalidad de los viajes del pasado, ya que dado el peso del material de la nave, no se puede ingresar a la atmosfera como un transbordador, entonces se recurrió por el clásico método adoptado en las misiones Apolo en los 60, “la capsula”, en la cual la nave ingresaría a la atmosfera  tras cruzar la capa de ozono y sería detonada por los tripulantes tras adoptar su posición de caída, sin embargo la principal dificultad recayó en que al igual que la nave el material de la capsula era demasiado pesado como para caer en el mar, pues de manera inmediata se hundiría.
La solución fue crear un campo de aterrizaje donde la tripulación pudiese llegar a salvo, en principio los gigantescos paracaídas de la capsula serian capaces de frenar la caída, pero en caso de cualquier error de cálculo o falla se preparó un campo con gravilla y materiales absorbentes para que la tripulación al impactar con la superficie pudiese salir ilesa.

Exitoso aterrizaje de la nave "SEG"



Una vez rescatados los integrantes, se tuvo que hacer una larga lista de estudios a cada uno de nosotros, dado que fuimos expuestos a una casi nula forma de ejercicios durante la travesía, y nuestros cuerpos se atrofiaron en parte por la falta de gravedad y tras esto fuimos sometidos a una larga recuperación asistida en la clínica.
A la fecha seguimos contribuyendo a los estudios de esta nueva forma de energía experimental, la cual en honor a los tripulantes de la nave “S.E.G” (Soñar es Gratis) lleva las iniciales de nuestros nombres.



Bibliografía:

http://cdn.slashgear.com/wp-content/uploads/2011/01/palladium-sg.jpg
http://www.callegranvia.com/info/img/criogenia-humano-la-vida-eterna-es-posible.jpg
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6d/Airbus_A380_inbound_ILA_2006.jpg
http://i61.tinypic.com/1ep7yw.jpg
http://www.noticiasabsurdas.com/wp-content/subidas/noticias-absurdas2.png
http://www.fondos10.net/wp-content/uploads/2010/05/La-tierra-con-luna-llena.jpg
http://i61.tinypic.com/2vnjeap.jpg


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